Desde La última carcajada ( 1924) de Murnau
el drama ha estado siempre presente, con contenidos psicológicos, sociales ,
culturales. El cine de todos los continentes le han dado el lugar privilegiado,
con directores como Orson Wells, Martin Scorsese, Stanley Kubrick, Roman
Polanski, Francois Truffaut, Kristof
Kieslowski , Tian Zhuangzhuang, Milos Forman, Vittorio de Sica, Tony
Richardson, Wim Wenders, etc.
¿Qué es el drama ? El drama es la
representación concentrada y simbólica de las tensiones psicológicas y sociales
que el ser humano experimenta en medio de las interacciones en las que se ve
implicado. A diferencia de la tragedia y la comedia, el drama está abierto a lo
imprevisible, se llena de variables contextuales y depende en gran medida de
las condiciones externas, del entorno en el cual se ve inmerso el ser humano.
El drama nace de la condición social del hombre, y todo lo que esta implica,
los riesgos, las amenazas, las responsabilidades. A menudo, en el drama hay una
tensión manifiesta y actuante entre el ser interno de uno, con sus deseos y
temores genuinos y el ser social que se debe a reglas y convenciones.
El drama, en el teatro o en el cine, es el
espectáculo de la crisis que concentra simbólicamente esta tensión esencial. La
historia del drama cinematográfico es sustantiva ; cada película puede escoger
un ángulo desde el cual abordar el mapa de las vivencias dramáticas pero
siempre se trata del individuo versus la sociedad.
Escogeremos para ilustrar la problemática
del drama cinematográfico la película de Margarethe von Trotta “ Hannah Arendt”
, sobre la filósofa alemana autora del libro ‘Eichmann en Jerusalén’. Adolf Eichmann, el líder
nazi , responsable del proyecto de la “ solución final” , fue juzgado en 1961
en Jerusalén. La revista The New Yorker
envió a Hannah Arendt como corresponsal. Esta,
una filósofa judía de origen alemán exiliada en Estados Unidos, conocida
en aquel momento por el libro “Los orígenes del totalitarismo”, redactó una
serie de artículos que luego fueron publicados como libro, subtitulado “Sobre
la banalidad del mal”. Hubo muchas protestas por parte de asociaciones judías estadounidenses e
israelíes.
Hannah Arendt - La banalidad del mal
Hannah Arendt. Pensar apasionadamente 1/4
El
malentendido sobre Hannah Arendt / por Monika Zgustova
“Tres
fueron los temas de su ensayo que indignaron a los lectores. El primero, el
concepto de la “banalidad del mal”. Mientras que el fiscal en Jerusalén, de
acuerdo con la opinión pública, retrató a Eichmann como a un monstruo al
servicio de un régimen criminal, como a un hombre que odiaba a los judíos de
forma patológica y que fríamente organizó su aniquilación, para Arendt Eichmann
no era un demonio, sino un hombre normal con un desarrollado sentido del orden
que había hecho suya la ideología nazi, que no se entendía sin el
antisemitismo, y, orgulloso, la puso en práctica. Arendt insinuó que Eichmann
era un hombre como tantos, un disciplinado, aplicado y ambicioso burócrata: no
un Satanás, sino una persona “terriblemente y temiblemente normal”; un producto
de su tiempo y del régimen que le tocó vivir.
Lo
que dio aun más motivos de indignación fue la crítica que Arendt dispensó a los
líderes de algunas asociaciones judías. Según las investigaciones de la
filósofa, habrían muerto considerablemente menos judíos en la guerra si no
fuera por la pusilanimidad de los encargados de dichas asociaciones que, para
salvar su propia piel, entregaron a los nazis inventarios de sus congregaciones
y colaboraron de esta forma en la deportación masiva. El tercer motivo de reproches
fueron las dudas que la filósofa planteó acerca de la legalidad jurídica de
Israel a la hora de juzgar a Eichmann.
De
modo que lo que esencialmente provocó las críticas fue la insumisión: en vez de
defender como buena judía la causa de su pueblo de manera incondicional, Arendt
se puso a reflexionar, investigar y debatir. Sus lectores habían esperado de
ella un apoyo surgido del sentimiento de la identidad nacional judía y de la
adhesión a una causa común, y lo que recibieron fue una respuesta racional de
alguien que no da nada por sentado. En palabras de Aristóteles, en vez de
limitarse a ser una “historiadora”, Arendt se convirtió en “poeta”.
Sus
adversarios llegaron a ser muchos; el filósofo Isaiah Berlin no quería ni oír
hablar de ella, y el novelista judío Saul Bellow afirmó que Arendt era “una
mujer vanidosa, rígida y dura, cuya comprensión de lo humano resulta
limitadísima”, aunque otra conocida escritora, Mary McCarthy, publicó en
Partisan Review un largo ensayo en apoyo de Eichmann en Jerusalén. Así, el
libro de Arendt generó en los sesenta toda una guerra civil entre la
intelectualidad neoyorkina y europea.”
El drama presentado por la realizadora
alemana Margarethe von Trotta recoge escenas
del juicio en Jerusalén, extraídas de los archivos y otros documentos, de la
estancia de Eichmann en Jerusalén, para volver a plantear el tema de la “banalidad del mal”, conforme al cual, así
como Arendt lo había subrayado, muchos
malhechores pueden ser personas normales, gente corriente que renuncia a pensar
una vez que se adapta a parámetros ( macronarrativas, reglas, paradigmas).
Se enfoca el exceso en el seguimiento de las reglas, a lo
establecido, debido a la incapacidad de cambiar, por lo tanto de
adaptarse a nuevas condiciones. Arendt resaltó en el libro la rebelión de Eichmann contra las órdenes de
Himmler quien, al aproximarse la derrota, recomendó un mejor trato a los
judíos, mientras que Eichmann “se esforzó por hacer que la solución final lo
fuera realmente”, escribió Arendt.
La filósofa mostró a Eichmann como un
burgués solitario, con una vida intrascendente que optó por la ideología nacionalsocialista que se
convirtió en su marco referencial mental y lo aplicará hasta el final, como
único conjunto de contenidos sin posibilidad de cambio. “Lo que quedó en las
mentes de personas como Eichmann”, dice Arendt, “no era una ideología racional
o coherente, sino simplemente la noción de participar en algo histórico,
grandioso, único”.
El drama alcanza valores universales, al
implicar al ser humano como elemento dependiente al 100% de un marco cultural
ideológico, no impuesto sino aceptado, requerido, por falta de libre albedrío e
capacidad de pensar y reaccionar ante las condiciones cambiantes de la existencia. Al
vivir completamente dependiente de un conjunto de valores colectivos, el
individuo puede transformarse en un individuo solitario por excelencia ,
peligroso para la comunidad, enemigo de la misma.
La ´película se construye a partir de esta
visión. Recibió varios premios : 2012: 2 Premios del Cine Alemán: Mejor actriz
(Sukowa) y mejor película de plata; 6 nom.2012: Festival de Valladolid -
Seminci: Espiga de Plata; 2012: Festival de Tokyo: Sección oficial.
Estrenos de Cine: Hannah Arendt
Hannah Arendt Película 2013. 4 Reflexión
sobre la banalización del m
¿ Qué momentos nucleares de intensidad
dramática podrían identificarse en la película ?
Mihaela Radulescu/28 de octubre del 2013