El
cine en la cultura
Entre las definiciones del cine está la de
objeto cultural, con múltiples interacciones en el conjunto de la cultura. El
ser humano ha logrado a través del cine mostrar su mundo interior, sus imágenes
mentales, su modo de ver y pensar las cosas que vive, conoce, imagina, desea,
teme. A diferencia de la literatura, e cine aporta imagen y sonido, es decir
pasa de la imagen conceptual del mundo, sus habitantes , relaciones y acciones
a una compleja vivencia, al límite del mundo interior con el mundo exterior. A diferencia de las artes visuales, el cine
tiene una narrativa, es decir una progresión secuencial del mundo por explorar.
Es propio del cine rivalizar con el mundo
cotidiano desde un grado cada vez mayor de verosimilitud. El lenguaje
cinematográfico lleva adelante la simulación de la realidad o la introducción
de nuevas realidades. Estas son expresión de la psicología universal del ser
humano, contextualizadas en las culturas que funcionaron como matriz para su
nacimiento.
El ser humano se dirige a menudo al cine en
busca de compresión, respuestas, placer, contemplación de su mismo y de los
demás. Sus contenidos afectivos y cognitivos se complementan con el placer del
espectáculo. Emerge de la cultura y vuelve como cultura a la gente, para
integrarla en las redes semánticas de la memoria colectiva.
En los núcleos de estas redes están los
temas a los que el imaginario humano vuelve una y otra vez. El tema del amor, por ejemplo. Y cada tema
tiene sus referentes fundamentales, cada uno con su isotopía. Para el tema del
amor, un referente importante es la historia de Romeo y Julieta, así como
Shakespeare la contó y que fue el punto de partida para recreaciones en teatro,
artes plásticas, música, balet, diseño, publicidad, fotografía y – por supuesto
, cine. La comparación es esencial para ver como cada cultura y lenguaje
de-estructura la obra y la vuelve a estructurar con nuevos signos, capaces de
mantener el vínculo tanto con el texto original como con el nuevo contexto de
acción. La cultura tiene esta dinámica, de construir sobre sus signos
almacenados para darles nueva vida en las nuevas condiciones. Cada creación que
resulta de este proceso representa no sólo la visión de su creador, su lectura
particular de la primera historia, sino también el contexto cultural en el cual
este vive y produce. Es esencial comprender el lugar del cine en este fenómeno
de reciclaje, intertextualidad y nueva representación / significación. El cine
, al ser un arte total, está abierto a todos los demás fenómenos expresivos, preparado
para integrar sus aportes.
Volviendo a Romeo y Julieta, hay todo un
juego de recreación de la obra a través de un juego de distanciamientos que se
dan sobre todo a nivel de signos, mas no de valores.
Entre los signos que mayor constancia tienen
en la representación del amor entre Romeo y Julieta está el signo del balcón,
en lugar de las declaraciones y de la aceptación del amor por parte de los dos
jóvenes. El balón resulta siendo así el verdadero punto de partida de la
trágica historia y cada representación hace el esfuerzo de introducirlo con la
connotación propia de su lectura.
Como punto particular, hay que observar el
impacto que la historia de Romeo y
Julieta ha hecho en la vida real. En Verona, la gente visita la cada de
Julieta, el balcón, y deja en el muro sus mensajes de amor.
Las representaciones del balcón están en
las caratulas de los libros.
En las pinturas:
En la fotografía:
En el diseño:
Se relaciona con los espectáculos:
Y, desde luego, con las películas :
El cine ha tenido un particular interés en
Romeo y Julieta: 1912, Indian Romeo and
Juliet; 1916, Romeo and Juliet, con la actriz vampiresa Theda Bara; 1920, Romeo
y Julieta, de Lubitsch; 1924, Romeo y Julieta de Mack Sennett, cortometraje;
1936, Romeo y Julieta (Romeo and Juliet,
George Cukor); 1954, Romeo y Julieta (Romeo and Juliet), de Renato Castellani;
1955, Romeo y Julieta (Romeo i Julietta, Lev Arnshtam y Leonid Lavrovsky) con
Galina Ulanova y Juri Zhdanov, una
versión soviética del ballet clásico «Romeo y Julieta»; 1960, Romeo y
Julieta y las tinieblas (Rome, Juli a TMA), de Jiri Weiss; 1961, West Side
Story, de Jerome Robbins y Robert Wise, un musical ambientado en el oeste de
Nueva York; 1966, Romeo and Juliet, de Paul Czinner, con Rudolf Nureyev y
Margot Fonteyn como Romeo y Julieta en una filmación inglesa del ballet clásico;
1968, Romeo y Julieta (Romeo and Juliet/I giovanni amanti di verona), producida
por el Reino Unido e Italia y dirigida por Franco Zeffirelli , con protagonistas
verdaderamente adolescentes y situando la acción en los lugares originales; 1989,
Montoyas y Tarantos , película española, de Vicente Escrivá; 1996,. Romeo y
Julieta (Romeo and Juliet) de Baz
Luhrmann; 2000, Romeo Debe Morir (Romeo Must Die), dirigida por Andrzej
Bartkowiak, una película de artes marciales
que enfrenta la mafia norteamericana con la mafia china; 2002, Bollywood Queen,
de Jeremy Wooding, una producción británica inspirada en las películas hindúes ; 2005, O casamento de
Romeu e Julieta, comedia brasileña de Bruno Barreto, centrada en el mundo del
fútbol; 2007, Gnomeo y Julieta (Gnomeo
& Juliet), una película de animación realizada en EEUU, por Kelly Asbury.
La dinámica cultural actual implica el tema/historia
en diversos mensajes.
Las librerías mexicanas Gandhi resumen el argumento de Romeo y Julieta como
titular sensacionalista.
La marca de ropa y moda H&M, contrató
al fotógrafo norteamericano David LaChapelle para mostrar una moderna versión,
inspirada en el musical West Side Story.
El fotógrafo Tom Ford usa el tema /
historia / signos para su serie “ Lucho & Juliet” para la revista de estilo
CR Fashion Book.
Volviendo a las películas, podríamos
comparar estructuras y lenguajes, por ejemplo de la película de 1968, Romeo y
Julieta (Romeo and Juliet/I giovanni amanti di verona), producida por el Reino
Unido e Italia y dirigida por Franco
Zeffirelli y la película de 1996, Romeo y Julieta (Romeo and Juliet) de Baz Luhrmann. El resultado nos permitiría
comprender como la misma historia puede expresarse a través de signos
diferentes y con referencias a culturas distintas.
Mihaela Radulescu / 24 de marzo de 2014