Mihaela Radulescu/22.05.16
El lenguaje
cinematográfico y la pintura comparten los recursos y las estrategias de la
generación de sentido a través de la composición, enfocada desde la estética y
desde las estructuras del lenguaje cinematográfico.
En el nivel
estético, en la interacción entre la
intención de representación – significación de un mundo enfocado desde
sus sentidos, el contenido de ideas y la expresión de los valores que los contenidos extraen del
contexto, la relación entre la pintura de Francis Bacon y la película de Bernardo Bertolucci
“ El último tango en Paris “, es una relación emblemática para la
multiplicación de los niveles en que puede funcionar.
Los lienzos de Bacon declaran una lucha
inherente al ser humano entre la racionalidad de las convenciones
socioculturales y una búsqueda hacia la comprensión de la propia existencia a
través de pulsiones instintivas, aparentemente reprimidas: la promiscuidad, el
desequilibrio emocional, la tentación del suicidio, la voluntad del asesinato o
la obsesiva compulsión de la persecución. Esa temática, más allá del
significado lingüístico, es la que predomina en la obra de Bertolucci.”
Francis Bacon y
El último tango en París | Manuel García Pérez
“La estructura
fragmentaria de la película que reconocemos en la frecuencia de primeros planos
y planos detalle se asemeja a la visión poliédrica al mismo tiempo que difusa
de los personajes baconianos. En la película, rara vez hay amplitud de
espacios, sobre todo cuando los interiores, como los que observamos en Bacon,
nos conducen a escenarios sin determinación geográfica o topográfica, con un
cromatismo áspero y terroso, cuya desnudez no está exenta de una arquitectura
laberíntica y claustrofóbica: la habitación alquilada, los baños, el salón de
baile o los escuetos cuartos del motel.”
“Lo objetual
también incide en esa opacidad de rostros y en esa indefinición expresionista
de los perfiles. Todo es confuso; la fragmentación es casi pulverización o
desintegración de la carnalidad en la estética de Bacon. Los vidrios
esmerilados y translúcidos, los espejos rotos, un abrigo o un sombrero en el
suelo, los silencios, las conversaciones espontáneas y sarcásticas, una navaja,
un revólver en los bolsillos, tranvías y funiculares que recorren París -sin
que el espectador conozca su destino- refuerzan esa analogía entre lo fílmico y
lo pictórico.”
Francis Bacon y
El último tango en París | Manuel García Pérez
Más allá de las
relaciones mencionadas, Bernardo
Bertolucci utiliza dos cuadros de Francis Bacon directamente para ilustrar la
secuencia de créditos de la película:
Otros directores
de cine que entablaron vínculos
particulares con la obra de Francis Bacon : David Lynch, David Cronenberg y Stéphane
Sednaoui. ¡Encuentren estas relaciones ¡
O fotógrafos,
como Antoine D’ Agata (1961, Marsella), un fotógrafo francés que captura en sus
fotos películas inexistentes, pero que se asoman a través de sus imágenes: “ busca
la narración, los detalles perdidos en el movimiento, la intensidad o las
pasiones que te atrapan hasta vaciar toda la intensidad que llevas dentro”
http://www.rafaelroa.net/blog/2012/05/antoine-d-agata-francis-bacon-el-tiempo.html
Francis Bacon, Man with dog, 1953
Pero la influencia se da en los dos sentidos. Bacon trabajó cuadros
a partir de los encuadres fotográficos – cinematográficos de Eadweard Muybridge , por el tratamiento del
cuerpo, sobre todo las escenas de luchadores.
El cine, en búsqueda de una legitimación plástica y estética, reprodujo muchas pinturas, componiendo en muchas ocasiones filmes completos inspirados en las composiciones pictóricas de los grandes maestros de la pintura. En otras ocasiones, durante todo el siglo XX, los directores de cine se inspiraron en los grandes pintores, tanto para comprender las obras representadas como para reproducir ambientes y colores como para contar sus vidas, recrear sus argumentos y revivir sus formas de expresión.
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