jueves, 10 de mayo de 2012

Melancholia en el fin del mundo



Frente a la película Melancholia ( 2011) de  Lars von Trier podemos desarrollar  una lectura lineal, que  va tras la historia y los personajes, en un contexto configurado por  los conceptos de tiempo, espacio, identidad.  Para ello, nos centraremos en las dos últimas partes, quedando con la duda en cuanto al lugar en el relato de la primera parte, sobre la cual al final podríamos concluir que es un anticipo metafórico del relato que seguirá. 


Podríamos desarrollar también lecturas modulares, a través de las cuales identificaríamos  las  estructuras semánticas que tejen la red de contenidos y temas que se entrecruzan en la película.  Hablaríamos entonces del fin del mundo, de la condición humana, de la depresión, del valor de la vida. 


Podríamos hacer una lectura interpretativa que se dedica a articular la  lectura lineal con las lecturas modulares, sobre todo si queremos ordenar las múltiples asociaciones que propone la película, para adentrarnos en su generación de sentido. Podríamos abordar su entramado referencial, para sacar conclusiones sobre cómo representa nuestra época, obsesionada por el fin de las cosas. El yo/ aquí/ahora consume hasta el fin su pánico, sin la posibilidad de salvación, sin lugar para héroes  o milagros, sin respaldo lógico o ilusión. Es un fin del mundo que no deja espacio para una alternativa, o para el acto personal que marcaría la diferencia. Sólo queda la dignidad de enfrentar lo irrevocable desde nuestra propia condición, impotente pero compleja e imprevisible en cuanto a reacciones. 


El contexto actual de la condición humana es significado conceptualmente, a través de marcos que enfatizan la conducta humana: la fiesta, la soledad, la enfermedad, la responsabilidad.


La  contextualización concreta en un tiempo / espacio se remite también a un horizonte conceptual o simbólico: la casa al final del camino largo y complicado, el recinto humano en medio de la naturaleza. La confrontación final del ser humano es con su entorno primario, la naturaleza, el cosmos, que lo excluye, como al elemento que no se integra, que padece de una curiosa y dañina enfermedad, que lo destruye y que además, amenaza con destruirlo todo. Mirando para atrás, la fragmentación del prólogo, sus ritmos cansados, desvaneciéndose en el espacio, adquiere otro valor, de advertencia  sobre la naturaleza enajenada del ser humano,  enajenada del todo y de si mismo.  
Frente a esta mirada, los referentes culturales locales retroceden, dejan lugar a caracteres y tipos de relaciones e interacciones, que se reivindican más de un perfil humano universal que de patrones de representación social o psicosocial.  Es así como ellos somos nosotros, y es así como se genera  la relevancia  cultural de la película,  los grandes temas ( la gran narrativa) que la película aborda , la implicación actual en la realidad o la capacidad de representación  y significación de la condición humana.   / Mihaela Radulescu