Entre los parámetros organizacionales del
lenguaje, el tiempo es una categoría discursiva fundamental que define una
serie de características del film: la manera de relatar la historia, la
duración asignada a cada unidad temporal, el ritmo. Entre las formas de
utilización del tiempo fílmico mencionamos la condensación, la distensión, la dilatación, la continuidad, la simultaneidad, el flash
back, el tiempo psicológico, la elipsis,
la repetición, el congelamiento, tiempo real. En el manejo de la categoría de
tiempo se encuentran los recursos para representar el pasado, representar el paso del tiempo, el tiempo
vivido como aquí / ahora y el tiempo de la memoria, el tiempo de un conjunto
menor o mayor de gente, vivido en simultáneo pero diferente; se encuentran
también recursos para modular el punto de vista y proponer al espectador
lecturas simbólicas.
Muchos teóricos se ocuparon de la
construcción temporal en el cine. Entre ellos, Gilles Deleuze, en "La imagen-movimiento" (1983) y
"La imagen-tiempo" (1985). Para Deleuze, el cine nos ofrece
imágenes-movimiento, no imágenes en movimiento, por lo cual el cine sería una
nueva forma de percibir y pensar el mundo, más allá de la percepción natural.
Cada película tiene su propio diseño –
discurso del tiempo. Otras se ocupan del tema tiempo en tanto que concepto.
Algunos ejemplos de la importancia del
tiempo, no sólo como componente estructural de la organización fílmica sino
como discurso y concepto. “ Resplandor”
de Kubrick tiene una continuidad de tiempos psicológicos que crean escenas que
no reproducen el desarrollo narrativo real de la historia, sino escoge sólo los
momentos – clave para el desarrollo psicológico dramático de la película,
creando para el espectador la necesidad de relacionar estos momentos en una
línea argumentativa de desarrollo.
“ Irreversible “ de Gaspar Noé va en contra del desarrollo cronológico del tiempo y narra la historia desde el final, en un enfoque conceptual que tiene que ver con la búsqueda de la verdad.
“ El día de la marmota “ de Harold Ramis refiere
una repetición constante del mismo día, proponiendo la interrogante metafórica
de la ruptura de la rutina, del cambio y reconstrucción de uno mismo.
“ Memento” de Christopher Nolan enfoca la fragmentación del tiempo – memoria.
“ Asesinos por naturaleza” de Oliver Stone trabaja
el flash back, la condensación, la
dilatación en un mosaico de segmentos con tratamiento discursivo diferente, en
un planteamiento irónico de representación global de un fenómeno.
“ El efecto mariposa” de Eric Bress trata
del intento frustrado de cambiar el
tiempo – destino .
“La fuente de la vida “ de Darren Aronofsky
recorre épocas y niveles de existencia, articulando el nivel histórico con el
nivel simbólico del tiempo – existencia.
“ La máquina del tiempo” de Simon Wells
lleva adelante el deseo de conocer el futuro y modificar el pasado, lo que
remite el deseo oculto de ser el dueño del tiempo.
“El
misterioso caso de Benjamin Botton” de David
Fincher enfoca la vida humana desde el final hacia el comienzo, en una metáfora
del cambio de la condición humana en tanto que aprendizaje y realización.
“ Tiempos violentos ” de Quentin Tarantino,
film integrado por episodios, desordena su sucesión, obligando al espectador a
una revisión final del orden de los acontecimientos y a un esfuerzo de conectar
informaciones.
Los ejemplos pueden continuar desde luego:
lo importante es ver las funciones y alcances del tiempo en una película y por
lo general en el universo cinematográfico.
Mihaela Radulescu / 28 de mayo del 2014
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